Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad.
Nuestro sacrificio es consciente; cuota para pagar la libertad que construimos.
Nos forjaremos en la acción cotidiana, creando un hombre nuevo con una nueva técnica.
Quien abre el camino es el grupo de vanguardia, los mejores entre los buenos.
Che Guevara; El socialismo y el hombre en Cuba.
PARA TI
Para ti, damita de hierro
y guerra fría,
de enfrentamiento sutil
y diferido.
Para ti principita estructurante,
llena de luces y cosas nuevas,
de conducta silenciosa
y difícil aprehensión.
Para ti,
solo para ti
y aquellos días
de desencuentro
y mirada fija
en un techo.
Para ti,
con tu presencia
de primavera
y esquina sin retorno.
PARA MI
Para mí, el atrevido
escondido tras las palabras
y un lápiz.
Para mí, el de rabia
cristalizada en tus términos.,
de mirada atenta
a tu sombra,
inquisidor en tus momentos.
Para mí, transfigurado,
despistado de momento,
soñador de tus sueños.
Para mí, para mí conciencia
desatada en la que tu siempre
eres la posibilidad concreta.
Para mí, más allá o
más acá de lo que digan,
ávido de novedades
y de presencia tuya.
Para mí, el maldito maldecido
buscador de tu figura en todas
y cada una y siempre fracasado.
Para mí, el zapato viejo,
él sujeto sin rostro
y de mala vida.
Para mí, que indiscutiblemente
aún no aprendo.
PARA NOSOTROS
Para lo casi muerto,
lo que agoniza en cada palabra
y con pocas ganas de resucitar.
Para la utopía, para el sueño
que es simplemente eso.
Para lo soluble y poco legible,
para lo cotidiano.
Para nosotros los incompetentes
inexistentes el uno como en el otro.
Para nosotros, los indignos
y expiados, plausibles y ajenos.
Para nosotros los extraviados
y equívocos, de miradas cómplices
y sobrantes en la oferta y la demanda.
Para nosotros que no fuimos leyenda
ni siquiera historia
y olvidados intentamos volver
una y otra vez sobre el otro,
sin ánimo de revancha.
Volver para construir lo derribado
con los mismos cimientos
gastados del amor.
Nosotros, para nosotros
victimas y victimarios,
crucificados en realidades cercanas,
de promesas por cumplir, de porvenir
cercado por lo contingente.
Nosotros, para nosotros,
para los que el recuerdo es simplemente
la sombra oscura de la conciencia,
la débil historia, en definitiva,
la sumatoria de nuestros errores.
Para nosotros, para todos nosotros
de memoria frágil, pero no por ello
menos estricta.
Nosotros los condenados y absueltos
a la fuerza, nosotros,
que no queríamos otra cosa en las manos
más que la simple caricia.
Para todos nosotros, que le damos vida
a la extinción de la noche, que nos queda
tiempo para jugar ajedrez con la muerte.
Nosotros, los locos, todos nosotros,
los de vida rígida y sin espacio
para tenernos piedad y autocompasión,
que saciados de libertad no exigíamos
otra cosa que la alienación a aquellos besos.
Ay de nosotros, de todos nosotros
que infinitamente somos otros,
desconocidos eternos y
cargados de silencio,
de miradas frágiles que no encuentran
algún tipo de consuelo.
Para nosotros que de hablar tenemos poco
y de entendernos nada.
Para nosotros que soy yo y eres tú
y que vamos y volvemos.
Para nosotros, ahogados en desconfianzas,
de-constructores de la necesidad del otro.
Para nosotros, que debimos
haber sumado uno.
Tú. Siempre tu, y el espacio que te rodea...
ResponderEliminar