lunes, 29 de agosto de 2011

lenin hoy.


      (espero que este trabajo siga, esta es una primera parte, se aceptan sugerencias tematicas sobre aspectos a profundizar de Lenin)

 Una introducción necesaria.  

  Surge nuevamente entre los escombros, los intentos de asesinato por todas las ideologías (desde el capitalismo hasta el anarquismo, obviamente también por algunos arrepentidos de izquierda) el pensamiento leninista. Hoy está el debate de que hacer –tal como bautizara uno de sus célebres escritos- con esta herencia. Para la izquierda revolucionaria el leninismo es un imperativo que hay que rescatar, salvarlo de la difamación de los anarquistas y del oportunismo con el que lo ocupan los militantes del Partido Comunista. Y esta especie de imperativo nos ha prohibido acercarnos al disfrute de la lectura leninista, que obviamente para ser fiel con su pensamiento, tiene que traducirse en acciones concretas. Esto supone deshacernos de los rumores sin sentido de quienes lo critican –muchas veces sin haber siquiera tomado una hoja del inmenso bagaje teórico de Lenin- y también, deshacernos de la momia que nos dejó el stalinismo, para, del horror que provocan sus concepciones políticas en esta sociedad inundada por la posmodernidad, empezar un auténtico sentimiento de rescate del leninismo como ideología de la práctica que cuenta con antecedentes para ayudarnos a resolver esa famosa pregunta de qué hacer. Pero a modo de advertencia: salvar la herencia no significa ser administradores de ella, eso sería un garrote en la cabeza de Lenin, salvaguardar la herencia impone el deber de completarla, y no significa en modo alguno limitarse a ella.
                Por eso hay que empezar por la polémica, polemizar es ya en Lenin una condición de existencia. Esto pone en la crítica, una de nuestras principales miradas para empezar el desarrollo de la defensa de un pensamiento revolucionario indisoluble con el paso del tiempo. Pero Lenin no estará dando un debate académico, teórico, pues es en primera instancia, una lucha política. Y es que al estar continuamente situado desde la polémica con la concepción economicista –que confunde la organización de la lucha sindical con la organización de la lucha revolucionaria–, Lenin se enfrenta a diversos temas que pasan muchas veces sin mayor referencialidad para las orgánicas que reclaman a Lenin. Entre ellas cabe destacar los extensos debates por el centralismo, o la idea de la exterioridad de la conciencia, pues pensar en ella –la idea- significa terminar abruptamente los acuerdos con los oportunistas y populistas, pues la exterioridad significa situarse fuera de la lucha económica, desde fuera de las relaciones entre trabajadores y patrones. Para Lenin, los obreros no pueden desarrollar por sí mismos una consciencia revolucionaria en estrecho marco de las luchas sindicales, pues la estrechez de estas, impedirá la comprensión de la opresión en todos sus aspectos y formas; y aquí aparece una idea fundamental para el desarrollo del leninismo como corriente revolucionaria: sin consciencia política de la opresión desde la totalidad social –y no solo en uno de sus epicentros- no pueden articularse las alianzas sociales.
                Hablamos en definitiva de colectivizar experiencias, Lenin ante la toma directa de los campesinos de los instrumentos de trabajo de los terratenientes y su conversión en propiedad común expresó: “Si los campesinos se limitaran a apoderarse de la tierra sobre la base de un acuerdo con los terratenientes, sin aplicar su propia experiencia colectivamente, el desastre sería inevitable”(1). Y no temió expresar que a este acto “espontaneo” le faltaba un pensamiento político. En definitiva, el instinto revolucionario no es suficiente para la revolución. Podemos ver así dos cosas fundamentales: la experiencia de colectivizar experiencia (para formar una cultura revolucionaria) y la necesidad reciproca de la práctica política con la teoría política, pues el alcance de la iniciativa directa de las masas desafía y promueve lecciones de política que podemos aventajar a la coyuntura identificando momentos históricos situados en otros espacios, latitudes y repensando las estrategias para no cometer mismos errores y evitar así que la rebeldía pueda quedar estéril.
                ¿Qué podemos aprender de Lenin para construir futuro?: Su manera de ser revolucionario radical. Entonces valdría la pena recordar sus consejos a los jóvenes rebeldes ingleses: la política es un arte y una ciencia, que no se obtienen gratis, y que si el proletariado quiere vencer a la burguesía, debe formar sus políticos de clase, trabajadores, y de talla tal que no sean inferiores a los políticos burgueses. Hoy ya no tenemos una respuesta completamente abstracta, como indicaba Lenin, sobre el momento de la de la destrucción de la institucionalidad opresora, burguesa, reaccionaria y caduca de las clases dominantes. Contamos con un cumulo de experiencias a las que nos resulta ineludible volver para rescatar –como la experiencia de los primeros años de la revolución rusa o cubana por ejemplo- o para desechar –como la experiencia stalinista, el culto a la personalidad, etc.-
                Una práctica revolucionaria que transitó, de la mano del “pelao”, del reino de las formulas, al reino de la realidad. (1) V. I. Lenin. Informe sobre el problema agrario. VII conferencia de toda Rusia del POSDR. Obras ecogidas (tres tomos) Ed. Progreso, Moscú, 1981, t2, p. 123

2 comentarios:

  1. que manera de perder el tiempo en pajas qlias wn... me da un poco de rabia esta wea.

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  2. Gramsci señala que es necesario releer al peliato Lenin para ver de que forma se puede aplicar sus análisis en nuestra realidad occidental. Es evidente que no la podemos extrapolar de buenas a primeras, pues las condiciones de la Rusia del 17 son diferentes a las de la italiana de los tiempos de Antonio: en italia el norte era altamente industrial en comparación al sur campesino, poseía una burguesía bastante robusta y un desarrollo urbano adelantado al ruso. A lo que quiero llegar es ¿Cómo podemos interpretar la teoría leninista en nuestros tiempos? Humildemente esto se puede hacer mediante las mismas condiciones objetivas que el capitalismo no ha sido capaz de mitigar: El neoliberalismo ha agudizado las condiciones de pobreza, injusticia y discriminación. Ha segregado fuertemente a la sociedad (aun que los componentes de esta, en su alienación, no son capaces en muchos casos de descubrirlo) y ha destruido deliberada y conscientemente la naturaleza. Son estas condiciones las que generan un escenario para la necesaria construcción de un proyecto revolucionario alejado de las garras liberales. saludos!

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