jueves, 17 de febrero de 2011

Juego del lenguaje II (limite de tu lenguaje, limite de mi mundo)

quereme así piantao, piantao, piantao,
trépate a esta ternura de locos que hay en mí… 

                         
                                 (Balada para un loco; Polaco Goyeneche)



Y el deseo se hizo carne
y a los siete días parió
de la boca del mismo diablo.
El amor no pudo nacer desde arriba,
y siempre ha sido algo subrepticio
de los hombres,
             por los hombres y
relativamente 
              contra ellos mismos.
Así se pasea el amor,
como un fantasma, -potencial anti-hombre-
y los sueños de vidas largas y plenas
se convierten en intachables
condenas.
El infierno está aquí,
y el diablo es cada uno.
       -L`enfer, cèst les autres-
Nos gusta hacer empachar
al prójimo de ilusiones,
de la imagen –proyecto-
de lo bueno que podríamos
llegar a Ser.
Muchas veces disfrazados
de ovejas,
intentamos engañar
al diablo mismo.




(Al juego de lenguaje I le falta definición)

lunes, 14 de febrero de 2011

en el día del amor... el yo con la otra, otro, otros, otra = nosotros.

Déjenme decirles, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor...


                                                                - Ernesto Che Guevara-




Día del amor, un día. Un día en todo un año. (De 365 días, que haya un sólo día para el amor creo que es poco, muy  poco para decir verdad)
Un día de 365, escogido además arbitrariamente por alguien.
Un día que puede ser cualquiera.
Un día del amor, 364 para el odio. Odio indiscriminado que se traduce en miseria, explotación, hambre y todos los males de esta sociedad capitalista.
Un día para el amor, (hay que mantenerlo) porque es el día en que los señores mandamases, gobernantes y señores de guerras y oprobios se acordaron que hay que amar -aunque sea un día- .
Un día para el amor, 364 días para la guerra. (365 en caso de año bisiesto), guerra imperialista que es la fase superior del capitalismo como diría el camarada Lenin.
Será necesaria la pregunta, porque yo creo que a los poderosos se les olvidó este detalle, se les olvidó que el amor, (como relación con el otro, otra, otros, otras) es una de las  fuerzas motrices de las sociedades.
La negación del amor no es el odio, hay que poner atención en esto, porque ellos siempre son los que se muestran bondadosos con su forma de solidaridad que es vertical (caridad) que es del "yo tengo mucho" al "yo doy un poquito"(que casi siempre es insuficiente). A diferencia de esa forma de solidaridad que es entre el pueblo, que es del "yo tengo poco" junto a otro "yo tengo poco" que hacen un "nosotros" que tiene un poquito más que casi siempre se traduce en comida y otras cosas que no tienen nada que ver con el sentido de posesiones materiales. Como ven, la solidaridad es horizontal, se da entre pares y rompe con la barrera del "yo aislado" y hace surgir el "nosotros", que es el primer atisbo de humanización. Es verdad que el amor nos hace humanos. 
La negación del amor es el no-amor que podemos traducirlo en una sociedad sin este sentimiento, o para no ser tan pesimista, con una carencia significativa. Pero es lo que ellos nos han enseñado en sus escuelas y colegios, una forma de amor comercial sacada de películas del cine norteamericano. Amor que se reduce, como toda esta sociedad al termino de lo que se puede poseer o no se puede poseer. 
El odio no es la negación del amor, como se escucha decir en sus diarios y opiniones internautas como: los que protestan son resentidos que sería una forma de odio estancada.
No es tan así, el odio tenemos que verlo como relación dialéctica al amor. A veces hay que odiar un poco para lograr los intereses de los más, de los parias, de los siempre postergados. Como dice el Che, el odio como factor que impulsa más allá de nuestras barreras naturales, que nos convierte en frías y selectivas maquinas de matar, pues un pueblo que no odie a sus enemigos jamás podrá triunfar ante un enemigo tan poderoso. Las palabras del Che muestran claramente el juego, porque por amor, por ese inmenso amor a esa humanidad sufriente tenemos que necesariamente odiar, odiar a los ladrones de siempre, a los explotadores de siempre. 
Son frías las palabras del Che, pero ¿cuantos son capaces de decir que han muerto -literalmente- por amor?
El Che es uno de esos, de esos muertos inquietos que nos siguen hablando.
Hay que buscar una nueva forma de amar, en la misma relación de lo que decía antes. Entender el amor como relación concreta del yo con la otra, otro, otros, otras, porque como dice el poeta: amores que matan nunca mueren. Y para ser sinceros y el día del amor valga siquiera un tantito así, hay que aprender a convertir todos los días en día apto para el amor. Eso está en la decisión cotidiana.

Creo que no tiene mucha coherencia todo, pero igual quiero publicarlo.
Saludos y abrazos para todos los nuevos enamorados.

sábado, 12 de febrero de 2011

Ser y estar.

 Dame una esperanza, decíme algo más, porque te escondiste y para donde irás, mandame una carta si es que te acordás de aquellos días, nuestros nada más...
                                                               -Barriletes; La Bersuit Vergarabat-

Intentaré ser gentil 
y agradecido,

pero a decir verdad nunca
he sido tan solidario 
y complaciente.

No es que me arrepienta
de todo lo que he venido
señalando, 
pero hay

que tener un conato
de sinceridad y dejarse
de atisbos de señalamientos
y falsos signos para
atestiguar y defender
 como 
hacen los abogados

la diferencia entre
la nostalgia y las circunstancias.
Esa colección cansada
de encuentros, 
desencuentros 

y primeras despedidas

ya no dicen nada porque
están en el peso de la costumbre,
pero esta nostalgia tiene tu nombre,
tu pelo, tu cara, porque es imposible
pensar en tener nostalgia de la nada.
A pesar de todo,
de como se presenten las cosas,
renuevo el compromiso
con tus manos, para que sepas que
por lo menos por hoy te quiero,
y que mi mundo solo tiene sentido
en tus besos.
Con toda la suerte,
dejamos atrás esa mirada
de viajante, de mal pasajero que
llega tarde a la carretera transida
de autos y personas,
que no la reconocen en su condición
y piensan que sólo es un medio
para llegar a su destino,
y nos encontramos por fin
en la gracia de ser y estar.

martes, 8 de febrero de 2011

Para ti, para mí & para nosotros.

Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad.


Nuestro sacrificio es consciente; cuota para pagar la libertad que construimos.


Nos forjaremos en la acción cotidiana, creando un hombre nuevo con una nueva técnica.
Quien abre el camino es el grupo de vanguardia, los mejores entre los buenos.


                                   Che Guevara; El socialismo y el hombre en Cuba.

  


                                                                PARA TI 

Para ti, damita de hierro 
y guerra fría, 
de enfrentamiento sutil 
y diferido. 
Para ti principita estructurante, 
llena de luces y cosas nuevas, 
de conducta silenciosa 
y difícil aprehensión. 
Para ti, 
solo para ti 
y aquellos días 
de desencuentro 
y mirada fija 
en un techo. 
Para ti, 
con tu presencia 
de primavera 
y esquina sin retorno. 




PARA MI 

Para mí, el atrevido 
escondido tras las palabras 
y un lápiz. 
Para mí, el de rabia 
cristalizada en tus términos., 
de mirada atenta 
a tu sombra, 
inquisidor en tus momentos. 
Para mí, transfigurado, 
despistado de momento, 
soñador de tus sueños. 
Para mí, para mí conciencia 
desatada en la que tu siempre 
eres la posibilidad concreta. 
Para mí, más allá o 
más acá de lo que digan, 
ávido de novedades 
y de presencia tuya. 
Para mí, el maldito maldecido 
buscador de tu figura en todas 
y cada una y siempre fracasado. 
Para mí, el zapato viejo, 
él sujeto sin rostro 
y de mala vida. 
Para mí, que indiscutiblemente 
aún no aprendo. 



PARA NOSOTROS 

Para lo casi muerto, 
lo que agoniza en cada palabra 
y con pocas ganas de resucitar. 
Para la utopía, para el sueño 
que es simplemente eso. 
Para lo soluble y poco legible, 
para lo cotidiano. 
Para nosotros los incompetentes 
inexistentes el uno como en el otro. 
Para nosotros, los indignos 
y expiados, plausibles y ajenos. 
Para nosotros los extraviados 
y equívocos, de miradas cómplices 
y sobrantes en la oferta y la demanda. 
Para nosotros que no fuimos leyenda 
ni siquiera historia 
y olvidados intentamos volver 
una y otra vez sobre el otro, 
sin ánimo de revancha. 
Volver para construir lo derribado 
con los mismos cimientos 
gastados del amor. 
Nosotros, para nosotros 
victimas y victimarios, 
crucificados en realidades cercanas, 
de promesas por cumplir, de porvenir 
cercado por lo contingente. 
Nosotros, para nosotros, 
para los que el recuerdo es simplemente 
la sombra oscura de la conciencia, 
la débil historia, en definitiva, 
la sumatoria de nuestros errores. 
Para nosotros, para todos nosotros 
de memoria frágil, pero no por ello 
menos estricta. 
Nosotros los condenados y absueltos 
a la fuerza, nosotros, 
que no queríamos otra cosa en las manos 
más que la simple caricia. 
Para todos nosotros, que le damos vida 
a la extinción de la noche, que nos queda 
tiempo para jugar ajedrez con la muerte. 
Nosotros, los locos, todos nosotros, 
los de vida rígida y sin espacio 
para tenernos piedad y autocompasión, 
que saciados de libertad no exigíamos 
otra cosa que la alienación a aquellos besos. 
Ay de nosotros, de todos nosotros 
que infinitamente somos otros, 
desconocidos eternos y 
cargados de silencio, 
de miradas frágiles que no encuentran 
algún tipo de consuelo. 
Para nosotros que de hablar tenemos poco 
y de entendernos nada. 
Para nosotros que soy yo y eres tú 
y que vamos y volvemos. 
Para nosotros, ahogados en desconfianzas, 
de-constructores de la necesidad del otro. 
Para nosotros, que debimos 
haber sumado uno.
 

lunes, 7 de febrero de 2011

Hay que dejar la casa y el sillón.

"Y recorre también los campos de otros países del mundo que luchan por su libertad significando siempre lo mismo, la imagen de lo que se puede conseguir mediante la lucha revolucionaria, la esperanza de un mundo mejor, la imagen por la cual vale la pena arriesgar la vida, sacrificarse hasta la muerte en los campos de batalla de todos los continentes del mundo"  


                                                             Che Guevara




Fui una victima más de la propaganda marxista internacional, esa es mi primera afirmación para este juego dialéctico que intento hacer hoy. Con todos los ánimos me propuse ir a la ultima sesión del Resistencia Film Fest realizado en Tomé; bueno, hasta aquí todo suena normal y para dejar todo claro desde el principio: lo es.
Sentado ya en las tradicionales sillas azules con el logotipo de una compañía internacional de bebidas metiéndonos el marketing hasta por las narices, incluso en esos espacios más íntimos que nos vamos dando como es un ciclo de películas y documentales que nos invita descaradamente -en estos años de letargo y esquizofrenia- a mover la imaginación. Pero como les contaba, me senté, dispuesto a poner atención; el film: "El edificio de los chilenos" de Macarena Aguiló, que retrata la vida de un grupo de niños y niñas que son enviados a Cuba en el siguiente contexto: los padres y madres se quedan en Chile luchando contra la dictadura gorila de Pinochet y la derecha económica -sí, la misma que gobierna hoy, pero sin trajes militares-. Luchando, como verbo, cobra otro sentido al habitual, al que nosotros hoy en día le damos, porque esa lucha era por la vida -y dialecticamente- se ponía la vida en jaque porque la muerte rondaba vecina, cercana e intima a esa generación de luchadores.
La escala es difícil de cuantificar, que es más importante dejar: el interés por la vida (al ponerla por enterito al juego como una apuesta que se complica) o en el caso de estos luchadores, poner la vida y los hijos, osea literalmente poner los hijos, pues hoy en día y lo que gráfica El edificio de los chilenos es la cuota que estos niños pagaron. Se ven reclamos de todo tipo: padres ausentes, el distanciamiento que es irreversible, pero también se ven agradecimientos: lo hicieron por mí dice ahora un joven hijo y me enseñaron que por una idea hay que dejarlo todo. Que lección más importante y hermosa. Algunos padres también se arrepienten, otros escarban en la tierra del pasado para buscar justificaciones al hecho de abandonar sus hijos para enfrentar la difícil vida de la clandestinidad, del sabotaje, de la conspiración antidictadura. Creo a pesar de todo, que lo que nos duele, lo que nos molesta hasta los huesos es la entereza de estos padres dispuestos a desvalijarse de lo más importante para cada uno, pues, la vida cuando se tienen hijos o hijas, toma un valor secundario. Y esto no nos hace ningún sentido en nuestra época, en donde el nada por nadie es valor absoluto. En esto recae mi antítesis, pues creo, que nadie de los que entregó su vida creyó un minuto que lo hacia para esto, que no encontrarían hoy, en este desenvolvimiento histórico un motivo, un motivo así chiquito para volver a poner todo el esfuerzo y esto me hace pensar también que son estas cosas la espina punzante en el corazón de quienes quedaron a salvo y que hoy les toca respirar este ambiente sin sentido.   
Por eso recordar se hace preciso, pues, nos han vendido otra imagen, hoy en día, los "héroes" y valientes" antipinochetistas están en el congreso, estuvieron en la moneda sentados hace poco, sólo que estos héroes empezaron a protestar cuando se bajaron de sus aviones que venían desde otros continentes y países en los cuales se habían quedado 16 años. Algunos estudiando, otros trabajando,etc. Nadie dice que el exilio no es doloroso, hay que partir de la premisa sencilla de que por algo se exilia. Pero también no podemos olvidarnos que hay personas, compañeros y compañeras que lo entregaron todo, todo cuanto tenían y podian abrazar. Que hoy, encontremos casi como en un diccionario a los hombres de la transición a ese grupito que se ha mantenido en el poder desde aquellos días, desde que materializaron el arcoiris para salir de la oscuridad militar, es afirmar el olvido, es olvidar el sacrificio de todos esos padres y madres que murieron, es olvidar el sacrificio de los niños del edificio, pues cuando tomaban detenido a una madre, cuando dinamitaban a un padre, cuando morían en enfrentamientos contra las botas militares, ellos, los niños y niñas del edificio en Cuba, se enteraban a través de cartas y el sufrimiento a la distancia se multiplica por diez y el sufrimiento a esa edad es una herida que no se borra quizás y por lo que pude ver en el documental, hasta hoy. 
La síntesis es mas sencilla e incluso cabe en una consigna: se lucha hasta vencer o morir. Toda esa generación perdió, está bien que hablen desde el fracaso, pero el proyecto revolucionario no ha finiquitado, los ideales de libertad e igualdad son emancipatorios en-si-mismos ¿Cuando nos tocará a nosotros ponernos en esa pregunta tan compleja que pone a la vida fuera de juego para materializar la idea? Esperemos que más temprano que tarde. 





“EL EDIFICIO DE LOS CHILENOS” (HD - Color - 96' – Dolby - Chile - Francia - Cuba - Holanda /2010), de Macarena Aguiló. Ganadora de numerosos festivales con esta película que habla de una casa, en Cuba, destinada al cuidado de los hijos de los militantes del MIR que combatían a la dictadura.
http://www.youtube.com/watch?v=FEJPvXDSRVk

  

sábado, 5 de febrero de 2011

Ni un tantito así.

"Y esa ola de estremecido rencor, de justicia reclamada, de derecho pisoteado que se empieza a levantar por entre las tierras de Latinoamérica, esa ola irá creciendo cada día que pase. Porque esa ola la forman los más, los mayoritarios en todos los aspectos, los que acumulan con trabajo las riquezas, crean los valores, hacen andar las ruedas de la historia y que ahora despiertan del largo sueño embrutecedor a que los sometieron"

                     Comandante Ernesto Che Guevara;
                                            Discurso ante la Asamblea de Naciones Unidas.

              Saludo en estos tiempos a aquel que han convertido en material de exportación, en un cualquiera souvenir, en monumentos y afiches. Saludo al Che, al guerrillero, al luchador, al hombre nuevo. 

Para toda la gente que camina 
en contra sentido.
Para todos aquellos 
a quienes les llega el día 
dormidos, ciegos.
Para aquellos y aquellas
que multiplican sus energías
que lo intentan cien y mil veces
y que aterrados del mañana 
se acuestan a medias,
con un ojo cerrado y el 
otro abierto en
permanente vigilia
incredulos de lo que viene.
Aquellos y aquellas que las 
noches se les vinieron encima 
como las noches a un faro.
A los olvidados, a los condenados
a todos esos nobles que 
de vivir tenían poco 
y de dormir menos.
A todos esos que abrazaron 
la esperanza, que siguieron
creyendo aunque la realidad
profesara lo contrario.
A ellas, todas ellas, dulces
por naturaleza e implacables 
como el sonido metalico 
del desamor.
A ellos, a nosotros,
los olvidados, pero que están,
que están, pero olvidados.
A los que creen aun en la utopía,
a los amantes de culto, a toditos ellos.
A los implacables caminantes
de alegrías ajenas, que aun 
en la patria ajena del corazón
dejan espacio a la esperanza.
A los homenajeados 
con el amor correspondido, 
a los valientes de verdad
que a pesar del fracaso
una y otra vez miran con
enojo a los precavidos.
A los que conjugaron la 
compañía como verbo, 
e hicieron de ese verbo 
un presente simple.
A los incansables de palabras,
a las compañeras eternas.
A los que derrocharon épocas
como el mar que derrocha las olas.
A todos aquellos que se juraron
para siempre y que al despertar
solo dejaron tiempo para 
agradecerse y despedirse.
Para aquellos que eligieron
una y otra vez el reencuentro,
despistado y sin razones
extraños y ajenos.
Para todos ellos,
los futuros indeterminados, 
los avidos de novedades,
sean circunstancialmente 
escuchados en sus suplicas,
y gratificados por sus acciones
que la vida dura lo que dura un cigarro.

Días y días.


                                                                           No te apures ya más loco,
                                                              porque es entonces cuando las horas bajan...
                                                                          Flaco Spinetta. Bajan.


Hay días en los cuales te quiero,
 hay días en que te necesito
 hay días en los cuales te extraño
 hay días en que te mendigo.
Hay días también en que
te miento exiguamente y te digo
que te quiero para siempre,
como si el puente
que se construye con las palabras
fuera eterno e inmutable,
como quien intenta
construir en vez de una devoción
a tu forma,
algo parecido a dios,
en el caso –claro está-
 de que este existiese
como nos enseñan los predicadores.
Pero cuando te digo
que te quiero,
aunque sea sólo por hoy
aunque sea hasta mañana cuando
despierte,
renuevo el compromiso
contigo y quiero que te quedes
por hoy y hasta mañana
cuando despierte, sólo conmigo.